

Que sea el fuegode la pasión y la sabiduría el que alumbre nuestro camino porque sino lo hará el de la locuray la destrucción.

Con el comienzo del trabajo voluntario y la formación del primer equipo he podido comprobar en las participantes, algo que ya sabía por mi experiencia y que esta en los fundamentos teóricos del Proyecto Delta, a saber; reunirnos para trabajar, nos cura de aquello que necesitamos ser curados. El secreto del buen funcionamiento del proyecto, sus beneficios no son teóricos ni a largo plazo, se vivencian a trabes del trabajo en conjunto, de las charlas, de los múltiples avatares y circunstancias que se van dando. Todo lo que hacemos para la construcción del jardín o de la infraestructura del lugar, toda esa energía que ponemos en el trabajo, remueve, arranca, corta, siembra, florece en nosotros. Sólo el trabajo voluntario nos permite vivenciar seria y profundamente un estado de común unión, respetuoso y no invasivo, algo que casi no ocurre en la actualidad. Lo decimos así:
¡Todos somos Delta!